La misma cerveza, distinta etiqueta.
Sin pensarlo mucho y lanzado con mil millones de quintales de ironía, ¿vale??, como análisis sarcástico de la escena cervecera.
Hoy he probado 4 cervezas distintas que solo se diferenciaban en la etiqueta.
Hoy he probado 4 cervezas ‘distintas’ de un mismo proveedor, cuyo nombre no diré para que esto no se confunda con una crítica (de hecho, su trabajo me gusta mucho!!).
Bueno, pues el caso es que, durante la cata y la charla, no sabía si ya estábamos con la siguiente o seguíamos con la anterior cerveza, ¿me explico? Un mínimo matiz al fondo del paladar, un ápice, una pizca, una chispa, un recuerdo, una miaja de, una reminiscencia a………….. melocotón, cítricos, guayaba, kaki, papaya, mango, pomelo, lichi, piña, azahar, maracuyá…
Todas estaban ricas, eso sí.
Nuestro compromiso (me refiero a vendedores, distribuidores, consumidores, prescriptores…) con todo el sector de las artes gráficas en general, desde los diseñadores hasta los impresores (o como cojones se les llame ahora), y también con los expertos en mercadotecnia y los social media, es conmovedor. Pudiendo beber buena birra a precios razonables, hemos elegido pagar un ‘impuesto’ para mantenerlos a todos. Somos así de solidarios con ellos. Es muy bonito, muy emotivo: cada semana bebemos la misma cerveza con distintos nombres.
Que no digo que el precio de la cerveza artesana se haya dispara(ta)do solo por esto, ¿eh? El (ab)uso del empleo de variedades y formatos de lúpulo ultracaros, por ejemplo, también tiene que ver. Y, por supuesto, la inversión en mejoras de los equipamientos tienen que repercutirse en el precio del producto.
Pero el caso es que ya no consumimos birra sino etiquetas, novedades y nombres (casi todos en inglés, of course). Coleccionamos experiencias:
- ¿Tú cuántas has untapeado ya?
- ¿Qué nivel tienes?
- He sido el primero en chequearla, o como se diga…
- ¿Has probado la última de…?
- La han envasado esta mañana.
Que a mí no me parece mal, ¿eh? Que nadie obliga a nadie a punta de pistola a comprar 8 birras nuevas cada semana, y que todo lo que ‘dinamice’ el sector a mí me beneficia y me motiva. Sin embargo, percibo ya cierto desencanto en el consumidor, cierto sentimiento de ‘me están tomando el pelo’. Y no es solo eso.
Percibo ya cierto desencanto en el consumidor, cierto sentimiento de ‘me están tomando el pelo’.
Si dejáramos de envasar la misma cerveza con distintos nombres y etiquetas, si nos alejáramos algo del modelo de consumo hype y del consumo de coleccionismo, bajarían todos los precios… (y además los intermediarios no nos volveríamos locos dando de alta y de baja productos del catálogo y de la web y estaríamos de mejor humor.)
Por otra parte, pienso que el sector necesita alcanzar ya una estabilidad, unos cimientos, una serenidad… que no pasa por ampliar el equipo de comercial para poder vender en 24horas la ´´ultima creación, porque si pasan 72 horas esa cerveza se devalúa porque ya no es ‘la nueva’.
¿Sabes la cantidad de género bueno y en perfecto estado que se queda aparcado en almacenes, devaluado porque ya no es rabiosa novedad? Pues todo eso también inflando los precios.
En realidad, he sido capciosa. Digo ‘la escena cervecera’ cuando en realidad me estoy refiriendo a un 0,1% de la escena cervecera total: Ni todo el mundo bebe cerveza artesana, ni todo aquel que bebe cerveza artesana es un friki, ni todo friki es un cazanovedades… pero es que aproximadamente la mitad de mi clientela está dentro de ese 0,1%.
Y me provoca algo de malestar ver demasiadas cerveceras empeñadas en competir entre ellas regateando en un palmo cuadrado del campo, o sea, por un puñado de consumidores, cuando tienen el resto del campo libre.
Estoy muy de acuerdo con todo lo que dices y lo suscribo palabra por palabra, porque en los últimos meses no he dejado de utilizar esos mismos argumentos.
De un tiempo a esta parte hay muchas cerveceras de renombre (yo tampoco voy a dar nombres concretos para no molestar, pero a cualquiera que conozca un poquito el sector se le ocurrirá al menos una por Comunidad Autónoma) que tienen como meta sacar cuantas más novedades a la semana mejor, llenando las estanterías de cervezas en las que, como dices, cambia el nombre y la etiqueta y muy poquito más. Tampoco me sirve que digan: no, es que en ésta hemos cambiado los porcentajes o las variedades de lúpulo, o le hemos metido un toque de avena… No te calientes, esos matices pasarían por alto a la gran mayoría de sumilleres, y para el común de los mortales la receta es casi idéntica, me vendes lo mismo con otro nombre y te quedas tan ancho.
Creo que esa mentalidad puede servir para llenar tus vitrinas de premios y lucrarte a corto plazo, pero es una estrategia nefasta a medio y largo plazo. Para empezar porque esas prisas no son buenas para las recetas, y salen a la venta cervezas sin depurar y sin que el cervecero apenas las haya probado (al probar alguna novedad, he pensado en varias ocasiones eso de “de verdad están orgullosos de esto y lo ven vendible?). No había caído en cómo afecta esta locura a tiendas y distribuidores, pero es verdad que debe dar mucha rabia ver cajas de cerveza que se marchitan y olvidan a los pocos días de lanzarla porque ya no es la novedad.
Pero principalmente, creo que el problema de esta mentalidad es que es muy egoista, y no busca para nada crear cultura cervecera. Con la crisis y las subidas de precios que se avecinan, si gastas 6 euros (o más, porque cada día suben un poquito más) en una lata y descubres que no te aporta nada nuevo, te lo pensarás muy mucho en la siguiente compra. Creo que al final esto es darse un tiro en el pie, y los que sobrevivirán a largo plazo serán los cerveceros que hayan apostado por cervezas muy trabajadas, replicables, estables en el tiempo y con un buen control de calidad. Porque si tengo que gastar menos dinero en cerveza, preferiré hacerlo en referencias consolidadas que jugármela a ver si la nueva lata de la cervecera X es otro zumito tropical más o no…
Tirada corta, etiqueta molona, nombre resultón, lúpulo raro…venta asegurada. Next…
El mercado está jugando a corto, todo son pruebas y ensayos en una búsqueda de venta rápida y huida hacia adelante, a los productores les falta histórico y experiencia tanto de producto como de mercado, es muy joven aún la cerveza artesana en España, a los consumidores les faltan referencias y hay ganas de probar y probar…ya veremos las consecuencias, no tienen por qué ser malas ni buenas, eso sí, quedarán descolgados productores que no aguanten esas pruebas y consumidores decepcionados pero esperemos que todo se vaya asentando y el futuro dirá si quiere constantes novedades, cervezas estables o sencillamente una variedad de marcas y ofertas que opten por vías diferentes.
Toda la razón del mundo. Además de eso en esa guerra de novedades muchas veces las prisas por sacar algo nuevo o el poner lúpulo por poner hacen que los procesos no sean los que deberían.
Muchas de esas tan lupuladas salen verdes al mercado o se oxidan muchísimo antes de la fecha de consumo preferente